La Visión Jibaricua
Por Raúl E. López Vergé
Un Plan Biblico Para el Desarrollo de Puerto Rico
"Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma." -- 2 Tes. 3:10
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Reforma a las Ayudas Gubernamentales
Copyright 2012 por Raul E. Lopez, MD, MDiv


Como dijimos anteriormente, hay varios obstáculos grandes que evitan que la gente pobre consiga trabajo. Unos de estos obstáculos es que cuando una persona que recibe ayudas económicas del gobierno comienza a trabajar, muchas veces, la pérdida de estas ayudas suma a más dinero que el salario que recibe de su trabajo. O sea, es lo mismo que si el pobre experimentara una taza contributiva de más de un 100%. Esto va en contra del principio que uno debe poder disfrutar del fruto de su trabajo. Salomón dijo, "No hay cosa mejor para el hombre sino que coma y beba, y que su alma se alegre en su trabajo. También he visto que esto es de la mano de Dios." (Eclesiastés 2:24). Ninguna persona que trabaja debe ganar menos que una que no trabaja (a menos que esté retirada o haya heredado dinero). Hay que hacer cambios en la manera en que se distribuyen las ayudas económicas para asegurar que para la persona que trabaja la disminución de las ayudas sea gradual y no sea de tamaño mayor que el valor del salario que está recibiendo.

Aquí se presenta un plan de reforma que pudiese servir de modelo para un plan real más detallado. Hay que tener en mente que las ayudas económicas son eso mismo, ayudas. No se supone que alguien viva exclusivamente de las ayudas. Además, el propósito de las ayudas es permitir que el pobre pueda vivir, no que pueda vivir bien. El que quiera vivir bien tiene que tomar responsabilidad para estudiar y prepararse para así poder contribuir algo de más valor a la sociedad. Además, se supone que a medida que alguien trabaje vaya adquiriendo destrezas y conocimientos que le ayude a ganar más dinero y eventualmente no necesitaría ayudas económicas.

Las ayudas económicas se pudieran dar a base de un sistema de puntos. Cada punto representa una cantidad predeterminada de ayuda económica. Por ejemplo, un punto podría representar $2.00 de ayuda económica semanal. Un trabajador puede recibir puntos por varias cosas. La mayoría de los puntos los recibirá por su trabajo. Por cada hora semanal que trabaje una persona, recibirá un punto hasta un máximo de 40 puntos por semanas. El trabajador puede trabajar más de 40 horas semanales y como quiera recibirá su salario normal después de deducciones, pero no recibirá más puntos de ayuda económica basados en trabajo. En adición a esto, un matrimonio recibiría 10 puntos semanales como bono simplemente por estar casados, cinco para el esposo y cinco para la esposa. El matrimonio produce grandes beneficios para la sociedad, por lo tanto, la pareja que haga el esfuerzo por mantenerse casados deberán ser recompensados.

Si un matrimonio tiene un hijo/a recibirá 10 puntos adicionales y si tienen un segundo hijo tendrían 5 puntos más adicionales para un máximo de 15 puntos por dos hijos. Esto quiere decir que a una madre casada con dos hijos se le acreditaría lo equivalente a más de un trabajo a medio tiempo. Sin embargo, hijos adicionales después de dos no recibirían más puntos, ya que es la responsabilidad de una pareja no tener hijos si no los pueden sostener. Una madre soltera con uno o dos hijos se le dará la misma puntuación por hijos pero no recibirá el bono por estar casada. Además, a toda madre que lo quiera, se le proveerá cuido gratis para que pueda trabajar para recibir más puntos. Sin embargo, toda madre soltera deberá trabajar al menos 20 horas semanales para recibir beneficio por hijos. A un padre se le quitará 5 puntos por cada hijo que procree fuera del matrimonio y tiene que trabajar por lo menos 30 horas semanales para recibir el bono de matrimonio. Una pareja deberá trabajar al menos 40 horas semanales para recibir el bono por hijos. Cada mujer puede recibir hasta un máximo de 50 puntos. Si una mujer trabaja más de lo necesario para llegar al máximo de puntos como quiera recibirá su salario normal después de deducciones, pero no recibirá más puntos de ayuda económica.

Para recibir los puntos, el proveedor tiene que presentar un documento parecido a una W-2 que estipule cuantas horas ha trabajado y cuanto se le pagó por cada hora. Para poder recibir ayudas económicas el trabajador tiene que trabajar para otra persona ya que una persona que no se puede sostener a sí misma no debería tener su propio negocio. Toda persona que gane menos de cierta cantidad por hora y sea elegible a ayudas económica tendrá un descuento para contribuciones de un 35% de su sueldo bruto. Estas contribuciones no tendrán deducciones de ninguna clase. El trabajador puede determinar si quiere las ayudas económicas o si en vez quiere optar por no tener ayudas pero en vez solo tener que pagar contribuciones usando una razón de 10% después de deducciones (o sea, 35% con ayudas o 10% sin ayudas). Habrá un punto donde le conviene más al trabajador pagar menos contribuciones y no recibir las ayudas económicas. Sin embargo, a diferencia del sistema actual, este punto se llega gradualmente.

Las ayudas tendrían una forma parecida a los cupones de alimentos actuales. Una cantidad predeterminada estaría destinada a tres categorías distintas. Por ejemplo, estas podrían ser 35% para comida, 50% para renta, y %15 para plan médico. Si se usa una cantidad de $2.00 por punto esta refleja una cantidad $293 mensuales para comida para una pareja o familia que reciba 95 puntos semanales, $418 para renta, y $125 para plan médico. Aunque esto no parece mucho, hay que recordar que las personas también están trabajando y recibiendo una cantidad por su salario. Si al menos se ganan otros $3.00 esto duplicaría su salario. Los puntos no se podrían cambiar por efectivo, los gastos en efectivo vienen del salario que se pague por las horas trabajadas. Tampoco se puede cambiar el porciento predeterminado para cada categoría, excepto quizás dentro de un renglón limitado. Una persona que no se sostenga a si misma necesita ser guiado en sus decisiones económicas.

Para ser más efectivo en producir esa transición gradual que permite que el trabajador llegue al punto donde se pueda sostener a sí mismo sin ayudas es importante darle algunas opciones al que recibe ayudas. La opción más importante es el poder escoger su lugar de vivienda. Hoy en día los residenciales son el lugar donde viven uno de dos tipos de personas con algunas pocas excepciones. Uno de estos grupos son personas retiradas que se criaron antes del ELA cuando las oportunidades de mejorarse económicamente eran pobres. Muchos de estos hombres trabajaron cortando caña y recogiendo café y muchos apenas aprendieron a leer y a escribir. Este es un grupo que está pasando a la historia y representa un problema social distinto, el de las personas retiradas. Esto lo discutiremos mas tarde. Sin embargo, otro grupo con más notoriedad es la clase indolente del cual hemos hablado antes. Los residenciales representan una vasta concentración de personas indolentes. Como vimos anteriormente, cuando se sostiene económicamente a personas de edad trabajadora de tal forma que no tienen que trabajar, uno lo que hace es desencadenar la maldad. Por lo tanto los residenciales se han convertido en centros de maldad y violencia de todo tipo. Le recuerda a uno lo que Dios le dijo a Noé.

Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón. Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho. (Génesis 6:5-7)

Aunque esto es una descripción algo exagerada si se aplica a los residenciales, de la misma forma deberían desaparecer. Los trabajadores que reciben ayudas económicas deberían poder escoger donde vivir usando su cupón de renta y lo que quiera contribuir de su propio salario. Esto transformaría los residenciales de caseríos públicos para la clase indolente a apartamentos de bajo costo para la clase trabajadora. Esto debería asociarse con al menos una merma en la criminalidad e inmoralidad legendaria asociada con estos vecindarios.

De la misma forma, el cupón para el plan médico se pude usar para escoger de entre varias opciones en una forma parecida a los "Medicare Advantages" que se han proliferado en nuestra isla y que, en general funcionan relativamente bien. Esto permitiría que las personas de bajos ingresos participen del mismo sistema competitivo del cual disfruta el resto de la población, aunque quizás con menores beneficios. Al momento el plan médico para los indigentes es controlado por el gobierno y el indigente tiene pocas opciones.

Como siempre hay vagos listos que se inventan cualquier esquema para no trabajar, hay que diseñar el sistema en una forma que evite el fraude. Van a ver algunos listos que van a conformarse con la ayuda y van a buscar a algún amigo que diga que le está pagando bien poquito, cuando en realidad no está trabajando nada, y como quiera recibirían las ayudas. Para evitar esto, solo los agricultores y los municipios pueden pagar las tazas más bajas. Además, se estaría velando los salarios y aquellos que paguen los salarios más bajos serán auditados y visitados periódicamente para verificar que estén en cumplimiento de la ley. Para garantizar que los salarios se estén pagando, aquellos que paguen menos de cierta cantidad, por ejemplo, menos de $2.00 por hora, tendrán que hacer sus pagos a través de un subdepartamento del departamento de ayudas económicas. El patrono le pagaría al final de la semana al subdepartamento y este le emitiría un cheque o dinero en efectivo al trabajador. Además, estas plazas que pagan poco tendrían que ser publicadas con anterioridad, y el departamento de ayudas tendría el derecho de reasignar trabajadores a las plazas que paguen más dinero, si hay algunas disponibles. Esto obligaría que los salarios fuesen competitivos.

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