La Visión Jibaricua
Por Raúl E. López Vergé
Un Plan Biblico Para el Desarrollo de Puerto Rico
"Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma." -- 2 Tes. 3:10
. COMIENZO .
. CONTENIDO .
. PRÓXIMA SEC. .
. COMENTARIO .
. CONTACTENOS .
... DONAR ...
.. COMPRAR ..
Indice
Autor
El Décimo Mandamiento
Copyright 2012 por Raul E. Lopez, MD, MDiv


Finalmente, el décimo mandamiento es el fundamento de la libertad. Este mandamiento dice "No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo." (Éxodo 20:17). La codicia es la raíz de toda la maldad. El Apóstol Pablo lo dice de esta manera "porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores." (I Timoteo 6:10) Jesús lo pone de la siguiente forma "Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas." (Lucas 16:13). Uno no puede hacer el bien (servir a Dios) si uno está motivado por el dinero (tener lo que tiene mi vecino). La envidia entre las clases corrompe a los votantes y las regalías y los sobornos corrompen a los políticos. Aunque es difícil legislar en contra de la envidia entre clases, es importante limitar la influencia del dinero en la toma de decisiones legislativas.

El derecho del individuo a proseguir los deseos de su corazón y de gozar del fruto de su labor y de sus buenas decisiones sin tener miedo que estos galardones le serán quitados es la esencia de la libertad. El rey Salomón dijo: "He aquí, pues, el bien que yo he visto: que lo bueno es comer y beber, y gozar uno del bien de todo su trabajo con que se fatiga debajo del sol, todos los días de su vida que Dios le ha dado; porque esta es su parte." (Eclesiastés 5:18). La única limitación que se le debe imponer a esta libertad son aquellas diseñadas para evitar que la libertad de un individuo se use para infringir las libertades y derechos de otros individuos.

Este mandamiento se relaciona al quinto mandamiento en que tiene que ver con la autoridad de Dios. El quinto mandamiento habla de la autoridad de Dios que se manifiesta en la forma de una relación personal con el creador como a un padre. Sin embargo, este último mandamiento tiene que ver con la autoridad indirecta de Dios sobre nuestras vidas a través de las circunstancias que nos rodean. Está relacionado a lo que algunos llaman la soberanía de Dios. Dios es un Dios de infinita creatividad y variedad. Dios ha creado a personas con distintas habilidades y dones y los ha puesto en una variedad casi infinita de circunstancias. Todos pasamos por circunstancias positivas y por circunstancias que pensamos son negativas. El tiene el derecho de asignarnos nuestro lote en esta vida. A algunos les da mucho y a otros le da poco. Podemos pensar que esto no es justo. Sin embargo, lo que importa no es lo que tenemos ni lo que nos pasa en esta vida sino como vivimos nuestra vida. Algún día Dios nos va a recompensar no por lo que acumulamos en esta vida, ni en base a cuanto disfrutamos en esta vida, el nos va a recompensar en base a cómo vivimos nuestra vida, a base de cuanto le dimos a otros, o sea cuanto verdadero amor demostramos.

Este décimo mandamiento se relaciona con el sexto porque aclara cual es el propósito de esta vida. El propósito es prepararnos para la próxima vida. Esta preparación se basa en como jugamos el juego de la vida, no en si ganamos el juego. Podemos compara la vida a un juego de barajas o de dominó. El mejor jugador no es necesariamente el que gana una mano en particular. Es el que mejor sabe jugar la mano que recibió. Puede ser que la mano sea muy pobre y que pierda el juego. Eso no quiere decir que es un mal jugador. En un torneo de barajas o un torneo deportivo se puede determinar con bastante exactitud quien es el mejor jugador porque se juega muchas veces y se resalta un patrón consistente. Sin embargo, la vida es una sola mano. Solo tenemos un padre y una madre, solo una primera esposa. A veces no tenemos los recursos y las oportunidades que otros recibieron. Podemos ser adultos durante una guerra o una recesión. Sin embargo eso no es lo que importa. Lo que importa es que vivamos según las reglas que Dios ha establecido en su palabra.

En vez de codiciar lo que tienen otros, es necesario reconocer dos cosas. Primero, que todo lo que nos ocurre puede tener un efecto beneficioso si respondemos a esas circunstancias correctamente. Pablo dice: "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos." (Romanos 8:28-29). Y, finalmente, tenemos que reconocer que Dios va a premiar a los que hacen el bien. El autor de la epístola a los Hebreos dice "Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan." (Hebreos 11:6). Por lo tanto, el que gana no es el que más tiene, sino, el que más da. Pablo cita al Señor cuando dice "En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir." (Hechos 20:35).

comienzo de la página