La Visión Jibaricua
Por Raúl E. López Vergé
Un Plan Biblico Para el Desarrollo de Puerto Rico
"Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma." -- 2 Tes. 3:10
. COMIENZO .
. CONTENIDO .
. PRÓXIMA SEC. .
. COMENTARIO .
. CONTACTENOS .
... DONAR ...
.. COMPRAR ..
Indice
Autor
El Libre Comercio
Copyright 2012 por Raul E. Lopez, MD, MDiv


Cuando uno analiza el significado del mandamiento de no hurtar uno llega a la conclusión que esto implica cierta medida de libertad. Mi dinero y mi propiedad tienen valor porque lo puedo usar para conseguir aquellas cosas que me hacen feliz. Si yo trabajo para comprarme un carro pero en mi país se prohíbe la importación del carro que yo quiero o solo se importa con unos arbitrios irrazonables, eso le roba valor a mi dinero porque no puedo usarlo para conseguir las cosas que yo deseo.

El primer mandamiento presenta a Dios como la autoridad suprema y absoluta. Idealmente nosotros podríamos someternos directamente a Dios y el gobierno sería innecesario. Sin embargo, el gobierno tiene dos propósitos. El primero es la protección general de la ciudadanía de aquellos que quisieran hacerle daño. En casos donde el daño se comete, el gobierno entonces tiene la responsabilidad de hacer justicia. La otra función del gobierno es organizar la población para poder alcanzar metas colectivas como la construcción y mantenimiento de carreteras y de plantas de energía eléctrica. Fuera de estas dos áreas, el gobierno debe dejar que predomine la libertad individual y debe permitir que las personas puedan hacer sus propias decisiones.

La Biblia presenta a la libertad como una meta importante. El libro del Génesis sirve de introducción a la Biblia y explica cómo es que el hombre quedó esclavizado al pecado. El resto de la historia de la Biblia es como Dios ha ido liberando al hombre de esta esclavitud. Uno de los eventos de liberación más importante de la Biblia es la salida de Egipto de los hijos de Israel tal y como se detalla en el libro del Éxodo. El pueblo de Dios se encontraba en una amarga esclavitud bajo los egipcios. Dios libró a este pueblo usando las diez plagas súper naturales que mando sobre los egipcios con el propósito de que los hijos de Israel pudieran servir mejor a Dios. Moisés le dijo a Faraón que dejara ir libre al pueblo de Dios para que le sirviera. "Entonces vinieron Moisés y Aarón a Faraón, y le dijeron: Jehová el Dios de los hebreos ha dicho así: ¿Hasta cuándo no querrás humillarte delante de mí? Deja ir a mi pueblo, para que me sirva." (Éxodo 10:3). Aunque gente esclava pueden servir a Dios, hombres libres pueden servirle mejor.

Aunque Dios les dio a los Israelitas muchas reglas, el propósito era garantizar su libertad. Él le promete al hombre justo. "Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón." (Salmo 37:4). O sea, cuando una persona tiene una buena relación con Dios, este puede seguir los deseos de su corazón y Dios se los dará porque estos deseos son buenos. Pablo también nos exhorta: "Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud." (Gálatas 5:1).

La esencia de la libertad es tener opciones de las cuales uno puede escoger. Si quiero comer biscocho pero vivo en una dictadura donde el gobierno solo hornea biscochos de un solo sabor, por ejemplo, chocolate, aún si fuese gratis, tengo poca libertad. La libertad asume que el individuo puede escoger, que tiene acceso a biscochos de vainilla, de fresa, de limón, y de muchos otros sabores en adición al de chocolate. No solo asume que puedo comprar, asume que puedo vender. Puedo trabajar en el oficio de mi preferencia y puedo usar mi creatividad para expresarme. Tengo libertad para vender, comprar y trabajar, después que mis acciones no les causen daño a otras personas. Esta libertad para hacer decisiones prepara a las personas para tomar la decisión más importante de su vida, la que determina donde pasarán la eternidad.

Este intercambio libre de bienes y servicios se llama la libre empresa o el libre comercio. Es el sistema económico más compatible con los diez mandamientos, pues honra el mandato a no hurtar y a no elevar al gobierno al nivel de un dios que nos mande en todos los aspectos de nuestra vida. Se basa en la libertad de poder escoger entre varias opciones. También es el sistema más compatible con la democracia, pues la democracia permite que el pueblo escoja sus gobernantes, sus leyes, y su filosofía de gobierno. Ambos el libre comercio y la democracia se basan en maximizarle al individuo la oportunidad de hacer decisiones.

Esto no implica una libertad absoluta, ya que ambos sistemas, la libre empresa y la democracia, solo funcionan si las decisiones se basan en información correcta y en un análisis correcto basado en la experiencia o el entrenamiento. A veces la mayoría de las personas no tiene el entrenamiento o los medios para conseguir la información apropiada para hacer una decisión valida. Por ejemplo, la mayoría de las personas no sabrían escoger el medicamento apropiado para su condición médica. Tampoco sabrían evaluar si un medico esta correctamente entrenado. Para eso es importante que el gobierno regule ciertos productos que pudiesen ser peligrosos si se usan incorrectamente y es importante que tenga un sistema de evaluar varios tipos de profesionales para emitir licencias.

El otro lado de la moneda de la libertad es la competencia. Cuando un individuo tiene el derecho a escoger, otros individuos tratarán de influenciar su decisión para producir un intercambio que sea mutuamente beneficioso. Por ejemplo, si yo decido que mi sueño es freír pollos, tengo que convencer a mis vecinos que mis pollos son los más atractivos de la región. Para producir un producto comercialmente atractivo hay que combinar una buena calidad de producto con un precio razonable. También es necesario anunciarse para dejarle saber a mis vecinos que estamos friendo pollos sabrosos en mi restaurante. El vecino ahora tiene la decisión de comprarme pollo o ir a otro vecino del área que también fríe pollos (o quizás los hornea). Esta competencia me va a motivar a mejorar mi producto y bajar mis precios y mis costos para ganar más dinero. Si no puedo lograr esto, aquella competencia mía que sí lo logre saldrá ganando y el pueblo se beneficia porque los negocios que saldrán exitosos en el área son los que ofrecen el mejor producto al mejor costo. Los cocineros mediocres o ineficientes tendrán que cerrar sus negocios e irse a hacer otra cosa o irse a trabajar para los mejores cocineros.

Como nunca tendremos opciones ilimitadas, la competencia asegura que las opciones que si tenemos son las mejores. La definición de lo que es mejor se basa en las decisiones colectivas de la población en general a medida que deciden donde ir a comer, por ejemplo. La alternativa a la competencia es el monopolio. En un monopolio un proveedor de servicios o producto controla el mercado en un área grande. A veces el monopolio lo dirige una empresa privada, pero muchas veces lo dirige el gobierno. Si lo dirige una empresa privada, el resultado es que este negocio va a subir los precios para maximizar las ganancias y van a bajar la calidad para minimizar los costos y así también maximizar las ganancias. Por esta razón la mayoría de los monopolios los controla el gobierno para evitar esta situación de precios altos y calidad baja. Sin embargo, esto crea otro problema, el de la burocracia.

Cuando un producto lo suple el gobierno, las decisiones acerca de como producir el producto o dar el servicio las hace un burócrata o un comité de burócratas. Los burócratas casi siempre son personas con salarios fijos que no sufren ningunas consecuencias por hacer malas decisiones. Imaginen si un burócrata que no come pollo tiene que supervisar una red de quioscos de pollo frito que son los únicos que pueden vender pollos en el estado. El resultado, muchas veces, es un producto o servicio de mala calidad, que aunque se vende barato, cuesta mucho. Por lo tanto, el servicio tiene que ser subsidiado por el gobierno a través de impuestos más altos. Este es el modelo económico que se implementó en los estados comunistas. La historia nos enseña que la libre competencia es la mejor manera de causar que se le provea a la población la mayor cantidad de buenas opciones a escoger. La competencia se basa en la libertad de expresión humana, y vimos que la Biblia promueve la libertad, aunque dentro de ciertos límites.

Por lo tanto, si hay una manera de ofrecer un producto a la sociedad que envuelve la libre competencia eso es una forma mucho mejor que la alternativa monopolística. Hay algunos servicios que no se prestan para la libre competencia. Por ejemplo, es casi imposible obtener competencia en un sistema de carreteras porque la mayoría de las propiedades tienen solo un acceso y aún para distancias largas hay una sola ruta más corta entre dos lugares. Estos tipos de recursos tienen que ser manejado por el gobierno porque es imposible ofrecer competencia por el gran costo envuelto y porque los recursos muchas veces son recursos únicos (como una ruta a través de una montaña). Sin embargo, actualmente hay varios servicios que pudiesen ofrecerse de forma competitiva que hoy en día se ofrecen por medio de un monopolio. Uno de los mejores ejemplos es la educación. Este es el tema del próximo capítulo.

comienzo de la página